Bienvenido a Frase Perfecta
Frase Perfecta es un sitio que mi esposa Claudia y yo, Fernando Lee, creamos al comienzo del 2020, para compartir frases e imágenes (probablemente llegaste aquí al haber visto alguna imagen y haber buscado el sitio web). Nunca hubiéramos podido imaginar que iba a ser parte de los medios por los cuales el Señor Jesús nos llamaría. Frase Perfecta es un sitio que mi esposa Claudia y yo, Fernando Lee, creamos al comienzo del 2020, para compartir frases e imágenes (probablemente llegaste aquí al haber visto alguna imagen y haber buscado el sitio web). Nunca hubiéramos podido imaginar que iba a ser parte de los medios por los cuales el Señor Jesús nos llamaría. Lo que vas a leer a continuación es un pequeño testimonio de una pareja común y corriente, cuya vida cambió cuando conocieron a su Salvador y Maestro, quien nos enseñó una frase perfecta y fácil de recordar: “Confiar en Jesús”.
Debo confesar que nosotros no siempre confiamos en Jesús… porque nos dimos cuenta que no creíamos verdaderamente en Él, en la Verdad. Antes confiábamos en el mundo, es decir depositamos nuestra confianza en las cosas del mundo y en nuestros propios recursos y fuerzas… y nos olvidábamos de Dios la mayor parte de la semana.
Por lo que pronto nos hallamos sumergidos en una tormenta de problemas y preocupaciones. Durante la pandemia, yo sentía que mi salud estaba declinando, a menudo tenía discusiones con mi familia, no teníamos trabajo, por lo que trabajábamos en este y otro proyecto largas horas sin éxito alguno y discutíamos largo tiempo sobre las finanzas, sobre cómo asegurar nuestra seguridad y porvenir.
Pero Jesús puede calmar cualquier tormenta, Él no se había olvidado de nosotros, ni se olvida nunca de nadie, Él solo esperaba nuestra decisión de creer y confiar en Él.
Aprendimos que la oración y poner atención a la Palabra de Dios es la manera en que podemos llegar a tener una relación viva con Jesús.
Para tener una relación con cualquier persona en el mundo primero debemos: 1. Conocer a esa persona y 2. Empezar y mantener una comunicación con ella. Lo mismo necesitamos hacer para tener una relación viva con Jesús.
1. Llegamos a conocer quién es Jesús escuchando atentamente la Palabra de Dios y reflexionando sobre ella, porque Él es el mismo ayer, hoy y siempre (Hebreos 13:8); por ejemplo, las historias de Jesús en los Evangelios nos muestran que:
- Jesús es alguien digno de confianza y respeto, ya que Él nunca mintió, ni pecó, y nunca defraudo a nadie que en Él confiara.
- Ya que nunca mintió, podemos confiar en que todo lo que dijo es verdad, y podemos darnos cuenta de que Él expone fielmente el mensaje de Dios, Su Padre, hablando con verdadera autoridad, como nadie lo había hecho antes.
- Podemos conocer que Jesús es alguien perdonador y bueno, alguien que ama y tiene una profunda compasión por las personas, las cura, las alimenta, y perdona a todo aquel que se arrepiente sinceramente y lo busca.
- Vemos cómo por amor Él se entregó en la cruz para pagar por nuestros pecados y salvarnos.
- Y nos damos cuenta de que Jesús es verdaderamente el Hijo de Dios y que está vivo.
- Porque Dios lo resucitó de entre los muertos y está ahora sentado a la derecha del Padre intercediendo por nosotros, por lo que cuando oramos con fe, Él realmente nos escucha y nos ayuda.
2. Entonces, con esta fe y confianza en quién es Jesús, nos comunicamos con Él a través de la oración, sabiendo que Él nos ama, se preocupa por nosotros y anhela tener una relación viva con nosotros.
- Recordando que para Dios nada es imposible.
- Confiando en que Él siempre nos escucha y que sabe qué es lo mejor para cada uno de nosotros en cada situación.
- Y sabiendo que Él responderá conforme a Su perfecta voluntad y tiempo. A menudo con hermosos hechos.
Mi esposa y yo comenzamos a tener una relación viva con Jesús, por medio de la diaria lectura de Su palabra y la oración, pidiéndole que Él mismo nos enseñara; acudimos a Él con fe y nos arrepentimos de nuestros pecados y le pedimos que viniera a nuestros corazones como el Señor y Salvador de nuestras vidas a transformarlas, y en verdad pronto vino y calmó nuestras tormentas y nos dio un corazón nuevo que pudiera responderle, y desde entonces hemos sentido su presencia en nuestras vidas, tanto interna como externamente.
La Palabra de Dios está viva; en una ocasión cuando estábamos desesperados porque nuestros proyectos no prosperaban como esperábamos a pesar de trabajar mucho, mi esposa y yo, coincidimos en que leímos en el mismo período de tiempo el libro del profeta Ageo (un libro muy corto de la Biblia), por medio del cual nuestro Maestro Jesús nos hizo ver que nuestra confianza estaba puesta en el lugar equivocado, porque todo lo bueno que tenemos (como la salud, el trabajo, la familia), quiénes somos y las bendiciones que recibimos provienen de Dios. Así que teníamos que poner a Dios primero en nuestras vidas y confiar en Él para todo lo demás. Al hacerlo, nos acercamos más al Señor, y después de un tiempo, ¡Él bendijo nuestros proyectos e incluso le dio a mi esposa un buen trabajo el mismo día!, justo como el Señor bendice a Su pueblo después de reconstruir su templo en el libro de Ageo.
El Señor también nos ha estado enseñando la suma importancia de practicar la caridad (servir a los demás, dar generosamente a los necesitados, ayudar a la Iglesia, y todo tipo de buenas obras), y practicar la justicia (dar a cada uno lo que es debido). No podemos cerrar nuestro corazón a los demás y esperar que Dios nos escuche. Dios quiere que vivamos en el amor, no en temor, y quiere que vivamos con rectitud, honestidad, honorabilidad y responsabilidad.
Como Buen Pastor, el Señor nos encontró débiles e infelices, nos tomó sobre sus hombros, y nos trajo seguros a su redil, la Iglesia Católica, donde hemos aprendido la importancia de asistir a misa y recibir con frecuencia la Sagrada Eucaristía y el sacramento de la Reconciliación (Confesión). Y también nos condujo a un grupo de estudio bíblico, donde aprendimos la importancia de vivir nuestra fe en comunidad y aprender unos de otros.
Realmente podemos decir que el Señor ha sido muy bueno con nosotros, y le estamos muy agradecidos, porque ha respondido innumerables oraciones, y solo gracias a Él, hoy gozamos de buena salud, tenemos una buena relación con nuestros seres queridos, un ingreso bueno y estable, ¡incluso nos concedió casarnos! No recibimos estas cosas por mérito propio sino sólo por la gracia y la bondad de Dios. Y ahora, en lugar de tener miedo por el futuro, tenemos fe y esperanza fundamentadas en nuestra relación de confianza en Dios.
¡Gloria a Dios! ¡En verdad es grande el Señor y muy digno de alabanza, porque Él es bueno, misericordioso y compasivo con todos sin hacer distinción de personas!
En conclusión querido visitante:
- Pon a Dios primero en tu vida.
- Inicia una relación viva con Él a través de la lectura diaria y la reflexión de Su Palabra y la oración.
- Confía en Jesús y pídele que venga a tu corazón como el Señor y Salvador de tu vida, para que la transforme.
- Practica siempre la caridad y la justicia.
- Vive con rectitud, honestidad, honorabilidad y responsabilidad todos los días.
- Asiste a misa regularmente y recibe frecuentemente la Sagrada Eucaristía y el Sacramento de la Reconciliación (Confesión).
- Vive tu fe en comunidad.
¡Confía siempre en Dios y dile hoy con fe a tu Señor, ven Señor Jesús, ven pronto a mi corazón y mi vida a transformarla!
Muchas gracias por tu visita.